Al desarrollar la tarifa de prosumidor (falsamente llamada tarifa pero es un impuesto), el CWAPE se limitó a asumir en su totalidad, como copiar y pegar, la parte de los “costos de red” del precio por kWh facturado a los consumidores, por último y colocando erráticamente a los prosumidores en pie de igualdad con los consumidores ordinarios, lo que, además, los discrimina frente a otros productores de electricidad.
Como regulador independiente y con respecto a los prosumidores, entre otros, la Unión Europea obligó a la CWAPE a respetar en particular los principios fundamentales de no discriminación y reflectividad de costos; se puede ver que al final no las cumplió y obviamente no con respecto a los prosumidores.
Esta angustiosa observación se basa en particular en las siguientes observaciones fácticas ...