Ahmed escribió:Creo que sería estéril debatir estas cuestiones desde muy temprano cuando las amalgamaciones que practican lo prohíben. Así, en tu visión simplificadora, pones por un lado el interés por el dinero (= poder) y por otro lado la motivación, en el sentido general donde "nadie actúa sin una razón para actuar *" en el misma caja; "descubrir" este último resorte psicológico es afirmar lo obvio.
Tu postura como campeón del liberalismo, la tecnociencia y el mundo tal como es, ...
El "mundo tal como es" es efectivamente en lo que me baso, a diferencia de usted que se basa en un mundo imaginario, invención o moda.
El mundo está hecho de un planeta y seres que han evolucionado y sobrevivido a través de su adaptación. Esta adaptación corresponde al desarrollo de habilidades, instintos y comportamientos sin los cuales la supervivencia en el planeta no hubiera sido posible. Para ser concretos, por ejemplo, el instinto de supervivencia, la búsqueda de sentido, la curiosidad (para el hombre prehistórico, un sonido podría ser un signo de peligro), la vida grupal y la ayuda mutua (la vida se convierte en más cómodos compartiendo puntos), aceptación de confrontación (animales, enemigos), individualismo (la diversidad es menos peligrosa que si fuéramos una raza de clones, necesitamos exploradores) ...
Mi mundo es un mundo de hombres. Tu mundo es una abstracción que llamas economía sin ninguna conexión con la gente, como prueba de lo que escribes para seguir.
La noción de "valor abstracto" obviamente no se corresponde con lo que estás hablando: si la economía logra satisfacer necesidades y se esfuerza por crear un máximo **, es solo porque le resulta difícil lograr transmutar la mercancía en una suma mayor sin un valor de uso sustancial o simbólico; como resultado, tiende a reducir este valor de uso al mínimo posible, o incluso a prescindir de él, como vemos actualmente, mediante el uso de sesgos regulatorios que obligan a los usuarios a cambiar de automóvil con el pretexto de la caducidad "ecológica" o financiando con fondos públicos una transición energética supuestamente virtuosa en términos climáticos, pero que al mismo tiempo continúa una orientación contraria a este objetivo.
La economía se convierte para ti en una entidad pensante que actuaría por sí sola, que "tiende" a esto o aquello, triunfa o no, juega con las regulaciones y las personas ... Esta economía no existe. La economía es solo una visión macroscópica en forma de una mancha informe, de los hombres y sus acciones que responden a su psicología moldeada por miles de años de evolución. Esperas sacar de él leyes universales como la de Newton, pérdida de tiempo, no estamos en ciencias duras como en física.
Esta economía es solo su interpretación de todas las interacciones de los hombres entre ellos, que responden a estímulos, a sus tratamientos neuronales, a motivaciones íntimas, como el deseo de propiedad o dominación, a sueños utópicos de mundos ideales, cada uno de los cuales A su versión, a desviaciones sádicas, buscando placer, confort, estabilidad ...
De esta diversidad se saca esa media informe llamada "economía" pero que no corresponde a nadie, y se deduce que se opondría a los hombres cuando es producto de ellos. Los hombres están en todas partes de la economía. Mi mundo es el de los hombres. El capitalismo es su etapa actual de evolución, a la que tienden los hombres cuando los dejamos ir. Para negar al hombre real afirmando que la Economía es el dios que los manipula, lo que estás haciendo es simplemente intercambiar las causas y los efectos.
* Leibnitz.
** La existencia de publicidad prueba que las "necesidades" son una creación social y no se relacionan de ninguna manera con una supuesta esencia humana.
La publicidad es en primer lugar la necesidad de quien produce, de dar a conocer su producto, tanto por el motivo de satisfacer su ego como para permitir efectivamente una posición social, o simplemente para poder vivir de su trabajo. Todos estos puntos parten de preocupaciones íntimas relacionadas con la psicología. Poner lo "social" en la "creación" es como poner "economía" en la "sociedad", que no las convierte en realidades autónomas. La única realidad de la que emergen la economía y lo social, son los hombres y su modo íntimo de funcionamiento lo que configura a ambos.