Una idea que me ronda la cabeza desde hace unos años.
¿No podríamos considerar una piscina al aire libre
1) bastante bien aislado en sus paredes laterales y superiores (por qué no un invernadero encima de la piscina y paredes con alta resistencia térmica)
2) con un serpentín en el fondo de la piscina y usarlo como bomba de calor reversible con agua glicolada.
En verano, las calorías podrían ser aportadas, tanto por el sol como por la refrigeración de la casa, calorías que se difundirían en la profundidad del suelo.
Por el contrario en invierno, la calefacción de la casa sacaría las calorías del fondo de la piscina.
La piscina se comportaría como un pozo del que se sacaría o traería calor.
Después de algunos años, una gran masa de suelo debajo de la piscina podría estar a 20-25°C, tal vez más. Una temperatura bastante óptima, ya sea para calefacción o aire acondicionado (los COP de las máquinas son entonces al menos 5)
lo digo con un dedo mojado, esta idea me vino con
DLSC.ca que aplica este principio mucho más "industrialmente".
Me hubiera gustado ver simulaciones de difusión térmica en el suelo con escenarios meteorológicos, en mi opinión hay suficiente para modelar.