Ejemplos de estupidez policial al servicio de la dictadura en movimiento:
1.
Verbalizada por haber "estacionado" en la ventana de la habitación EHPAD de su esposoHedwig, de 79 años, fue multada por haber "aparcado" en la ventana de la habitación del EHPAD en Graulhet (Tarn) donde se aloja Jean-Jacques, su marido de 93 años.
Todos los días, Hedwig llenaba su certificado, marcaba la casilla de "asistencia a persona vulnerable" y se acercaba a la ventana del nivel de su habitación, 5 o 10 minutos, para que su esposo pudiera verla. Armada con una pizarra, le envió pequeños mensajes a través del cristal. En su sillón, Jean-Jacques, que no puede moverse, era poco probable que se abriera, pero sabía que Hedwig estaba allí.
Pero el jueves pasado, dos gendarmes arrestaron a Hedwig por la ventana, la multaron y la enviaron a casa. "Le dijeron que no le permitían aparcar allí y que lo conocía bien", dice Mariani, la hija de Jean-Jacques y Helwig, todavía en estado de shock. Un testimonio para encontrar aquí.
2. "
¡Personas así no pueden llenar esta hoja!"
Estas son las declaraciones de una mujer policía cerca de Rennes. Un paciente de la RSA que acudió a consultar a su psiquiatra fue multado por haber "completado incorrectamente" su certificado. De hecho, el hombre había redactado el certificado él mismo y había marcado tanto "motivo médico" como "ejercicio físico".
En un intento por defenderlo y explicarle la situación, el médico sale y viene a encontrarse con la policía. Reconoce y por ello quiere aclarar la intención de su paciente, "en un momento de fragilidad" y que "por tanto tuvo dificultades para completar el certificado". La respuesta de la mujer policía: "¿Estás diciendo que personas así, que van a ver a un psiquiatra, no pueden llenar esta hoja?"
https://www.ladepeche.fr/2020/04/10/non ... 841573.php¡Ojalá estos casos fueran excepcionales! Pero hoy es la regla. Los ejemplos están en todas partes en la prensa, incluso a mi alrededor.
Por supuesto, este no está al mismo nivel que el caso de la paliza de Michel Zecler, pero parte del mismo principio: una inmunda estupidez de los esbirros del poder ejecutivo, con la aprobación de toda la línea jerárquica, al servicio de la infantilización y esclavitud del ciudadano.
La paliza de Michel Zecler es solo la punta del iceberg de estas inicuas represiones contra los ciudadanos comunes.
Son todos estos pequeños verbalizadores, sin duda complejos, hasta el punto de intimidar a los demás gracias al poco poder que les queda, que hay que romper, o incluso despedir. El poder en el lugar tiene cuidado de no hacerlo porque es su estrategia.