BURDEOS (Reuters) - Un agricultor de Saint-Dos, en los Pirineos Atlánticos, presentó una queja por sabotaje de parcelas de maíz orgánico, informa el lunes el presidente de la Federación Bio-Aquitania, Jon Harlouchet, y Patrick De Kochko, ingeniero agrónomo.
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Esta parcela compuesta por dos campos de 1.4 hectáreas y 0.4 hectáreas fue objeto de un "estudio científico para medir la contaminación de polen que genera el maíz transgénico sobre maíz no transgénico", dice un comunicado de prensa de Bio-Aquitaine.
Este estudio se complementó con una medición de la contaminación de pólenes y miel de colmenas de apicultores vecinos y fue supervisado por un organismo de control "Quality-France" que certificó la denominación "Orgánica" sujeta a especificaciones del Ministerio de Agricultura.
Se saboteó la parcela en la que se plantaron ocho especies diferentes de maíz. Las plantas no tenían un desarrollo normal, "las hojas se estaban poniendo amarillas, el maíz no podía crecer".
El agricultor, Bernard Pouey, presentó una denuncia el jueves pasado ante la gendarmería de Salies de Béarn que constató que las parcelas "rodeadas de transgénicos fueron rociadas con un químico que anula la floración", dice el comunicado de prensa.
Si los servicios de gendarmería confirmaran un sabotaje, sería el primero en Francia.
Patrick De Kochko explicó que Bernard Pouey se había reservado una pequeña parte de su parcela "para llevar a cabo nuestra experimentación".
“También habíamos recibido una ayuda del Consejo Regional de Aquitania de 20.000 euros. Hoy, este sabotaje quiere evitar que demostremos que la coexistencia entre maíz transgénico y no transgénico es imposible.", agregó.
Jon Harluchet aclaró que su asociación y la Confederación Paysanne du Pays Basque también presentaron una queja en este caso.
Uno de los principales problemas encontrados por los miembros de esta asociación y por los activistas anti-OGM es poder localizar las parcelas de OGM. De hecho, la ley francesa solo permite conocer la superficie explotada en una comuna, pero no la ubicación exacta.
Por otro lado, una directiva europea requiere que los estados miembros publiquen registros públicos destinados a informar a los ciudadanos sobre la ubicación de los cultivos transgénicos. El gobierno francés aún no ha transpuesto esta directiva.
fuente: Noticias de Yahoo